miércoles, 23 de diciembre de 2009

DEFINICIONES PARA LA ESCUELA CUBANA

Martes, 22 de Diciembre de 2009
La Habana-

Algunas preocupaciones por no ganar un oro mundial en el sector femenino, sin ocurrir desde Hamilton´93, y hasta los lugares del trío que compitió hace unos días en Tokio, sin dudas los atletas de más perspectivas rumbo a Londres´12, han llamado la atención en momentos del año en cierre, con un escenario nacional llamado a cambios tácticos y técnicos.
Primero, elogios para la cienfueguera Yanet Bermoy, quien con su plata universal en Rótterdam se situó entre el privilegiado cuarteto de féminas con preseas en las tres últimas ediciones de mayor rango convocadas, los campeonatos mundiales de Brasil 2007 y Holanda 2009 y los Juegos Olímpicos de China 2008.
Bermoy, con una trilogía de segundos lugares en esos eventos, en el primero de ellos en la categoría de 48 kg y los restantes en 52, acompaña a la estrella china Wen Tong, ganadora absoluta en más de 78 kg, la japonesa Maki Tsukada (1-1-1), en igual peso, y la holandesa Elisabeth Willeboordse (0-1-2), en los 63.
En el caso de los hombres solo tres han podido subirse a los podios en esa citas: el sudcoreano Ki-Chun Wang (1-1-1/73 kg), el francés Teddy Riner (2-0-1/ más de 100), y el uzbeco Abdullo Tangriev (0-1-2/más de 100).
Esos resultados ubican a la Bermoy, además titular mundial juvenil en Santo Domingo 2003, como estrella del planeta en el lustro a despedir con el mundial de Tokio 2010. Cuba cuenta también con otra joven en ascenso como la pinareña Idalis Ortiz, con terceros escaños en las últimas dos competencias, solo superada por la invicta Tong.
Hubo dos plateadas olímpicas ausentes en la ciudad holandesa, la holguinera Yalennis Castillo (78) por lesión y la cienfueguera Anaisis Hernández (70), acogida al retiro. La primera con muy buenas posibilidades de llegar al podio, lo que se espera de ella cuando se reintegre al entrenamiento habitual.
En año con menos competencias, entre los hombres resaltó el camagüeyano tercero olímpico Oscar Braison, plata mundial en más de 100 kg, con indudable ascenso en esa división.
Mucho cambió en dos años el listado de medallistas en relación con los certámenes de Río de Janeiro y Rótterdam, donde solo se mantuvieron en el “Top 10” Japón, que revalidó, y Francia en el tercer puesto. Siete países subieron de lugares y dos descendidos: Brasil del segundo con 3-0-1 a irse sin medallas, y Cuba del cuarto al decimoprimero.
Por comparar solo a las tradicionales potencias de América, los brasileños, con muchas más asistencias a torneos de primer nivel, incluidas dos en suelo propio, y equipos completos siempre en lides mundialistas, no pudieron mantener resultados y ahí el gran mérito de las escuadras cubanas.
Este primer año del ciclo olímpico fue bueno para el alto rendimiento de esta disciplina, que sigue con buen relevo a pesar de que los campeonatos nacionales volvieron por invitación y no masivos con escuadras provinciales completas, e incidencia deficitaria de los implementos como tatamis y judoguis (ropa de práctica y competición) en el país.
Cuando la Federación Internacional ha eliminado la superioridad de Koka y los ataques por debajo de la cintura, toma más importancia la técnica y esa solo se aprende por niños y jóvenes con la vestimenta adecuada. En todas las provincias existen excelentes técnicos y entrenadores pero la formación de los atletas en los últimos años les ha exigido adaptarse a las condiciones y buscar alternativas.
Los judoguis podrán venir de la producción nacional o desde fuera, pero a partir de ahora serán más importantes porque quedaron atrás tiempos de agarres y ataques de piernas que decidían muchos combates.
Llegó el momento de definir con la técnica y los planes de preparación, con todas las innovaciones cubanas, como los ejercicios de pesas para las mujeres que asombró a muchos especialitas foráneos y luego los acogieron.
Por cierto, el profesor Ronaldo Veitía y sus chicas del equipo nacional celebraron la llegada a su gimnasio de equipos con ese fin, como parte del apoyo a los logros de esa escuela y como ejemplo de reciprocidad con el esfuerzo de ese colectivo al adaptar un local para aumentar sus “fuerzas”.
De vuelta a la ropa de los judocas, las nuevas reglas de la FIJ indican cambios en la enseñanza del deportista, en cuanto a lo táctico y en una mayor referencia a las técnicas.
En estos momentos hay una matrícula de 730 alumnos en las EIDE, 271 en ESPA, y 56 y 38 en los equipos nacionales de mayores y juveniles, respectivamente. Para los primeros, por ejemplo, aunque reciben cierta cantidad, no son suficientes para enfrentar todo un curso de entrenamiento y competencias.
Si nos remitimos a los 11 745 practicantes en las áreas deportivas, el panorama es mucho más crítico, por el solo aporte propio y en algunos casos de los mismos profesores, aunque hay soluciones como las encontradas en Florida, Camagüey, donde la industria local produce algunos para el territorio.
Si antes el judogui era muy importante, ahora casi define, y esa es una realidad que requerirá de mayor ingenio en lo adelante.
Tomado de Jit/