martes, 29 de julio de 2008

LOS CHICOS DE LA CALLE

DEPORTE PARA LOS CHICOS DE LA CALLE
La victoria más grande del judo
Pibes tucumanos, en Buenos Aires por un proyecto social.
Gustavo Flores.
Eduardo lo vio descalzo, pidiendo limosnas en medio de la noche tucumana y le preguntó: "¿No tenés ganas de practicar algún deporte como el judo?". Y David, sorprendido, se la jugó: "Bueno, dale".El diálogo entre Eduardo Costa —uno de los mejores judocas argentinos y diploma olímpico en Atenas 2004— y David Briceño, un chico de la calle, sucedió promediando el año 2003 en San Miguel de Tucumán. Y sirve como muestra para ejemplificar el trabajo de la Fundación Costa: sacar a los chicos de la indigencia para insertarlos en la sociedad a través del deporte, específicamente del judo.Hoy David tiene 14 años y recuerda aquella experiencia: "Primero llegué con desconfianza al gimnasio, pero me fue gustando cada vez más...", reconoce en el CeNARD, donde llegó junto a otros ocho chicos invitados por la Secretaría de Deporte para competir con otros clubes y conocer a los mejores entrenadores del país. Dicen estar sorprendidos por la Ciudad de Buenos Aires y por la forma de entrenarse. Y se presentan: Joel Urquiza (11 años), los tres Juárez, Marcelo (15), Hugo (13) y Héctor (18), Lucas Vaca (13) y Juan Aguilera (18) y los más chiquitos: Enrique Villega (10) y Elías Urquiza (8). Con matices, todos tienen una historia parecida a la de David.Alvaro Chávez fue el profesor a cargo esta semana en Buenos Aires. Y cuenta: "Nuestro objetivo es social. Es poder darle a estos chicos la posibilidad de practicar algún deporte, que de otro modo, nunca podrían hacerlo. Si cada kimono completo vale 200 pesos...".—¿Y cómo se financian?—Con aportes privados. Nos llegan donaciones de todos lados, aunque siempre estamos necesitando nuevas cosas.La tarea de "rescate" de la Fundación no es sencilla: todos los días, los profesores recorren en una camioneta los comedores comunitarios de Tucumán y allí le preguntan a los chicos si quieren ir a practicar judo. Cada vez son más los que responden que sí. Por eso, hoy son 200 los pibes que desde los 5 años se acercaron al judo a través de esta iniciativa. Eduardo Costa cuenta: "Muchos chicos se la pasaban inhalando poxirán y nadie hacía nada. Por eso, cuando le das un poquito de afecto, se enganchan de una manera espectacular". Así se los ve en el CeNARD: ilusionados y felices.A medida que pasa el tiempo, los chicos crecen, pero siguen comprometidos con la Fundación. "Tratamos de enseñarles técnicas a los más pibes y también nos encargamos de la limpieza", dice Héctor. "Nos hicimos muy amigos con el judo, casi hermanos", indica Hugo. "Laburamos entre todos para que salga cada vez mejor", completa Marcelo. La Fundación ya cuenta con varios campeones argentinos, pero esa no es la cuestión. Como dice Chávez: "El verdadero triunfo es que dejen la calle por el judo". AQUI ESTAMOS. LOS PIBES DE LA FUNDACION DEL JUDOCA EDUARDO COSTA PASARON POR EL CENARD. (Foto: Juano Tesone).