El "Carlos Bianchi" del judo
Entrenador de las judokas más importantes de la historia del judo argentino, Carlos Denegri tiene similitudes en su forma de trabajar y hasta físicamente con el ’Virrey’ de Boca.
Aunque se advierte una clara diferencia: "¡Yo no gano tanta plata como Bianchi!", se ríe. Coincidencias del destino o semejanzas en las formas de encarar su trabajo, así como el ‘Virrey’ Bianchi se convirtió en el director técnico más exitoso del fútbol argentino, otro “Carlitos”, de cabellera escasa, físico delgado y mentalidad ganadora, supo conseguir con sus dirigidas los máximos logros de la historia del judo nacional: el entrenador Carlos Denegri.Denegri fue el ‘Sensei’ –entrenador- de las dos mejores exponentes del judo argentino de todos los tiempos, la campeona mundial, Daniela Krukower y la subcampeona mundial –ya retirada- Carolina Mariani.No fue casual, pues, el llamado telefónico que recibió hace poco más de cuatro años, casi entrada la madrugada de un jueves, de parte del titular de la Confederación Argentina de Judo (CAJ), el cordobés Oscar Cassinerio. “El judo argentino te necesita”, le dijo y lo convocó para comandar al seleccionado femenino.Denegri ya obtuvo su primer éxito camino a Beijing: tres representantes femeninas, la mayor presencia de mujeres judokas nacionales en la historia de los Juegos, con Daniela Krukower (hasta 63 kg), Paula Paretto (hasta 48 kg) y Lorena Briceño (hasta 78 kg). “Debo reconocer que tanto la CAJ, como la Secretaría de Deportes de la Nación, me han cumplido prácticamente en todo”, admitió Denegri, en diálogo con Télam, al costado de uno de los ‘tatamis’ (escenario de los combates) del gimnasio de la Universidad Nacional de Ciencia y Tecnología, de Beijing. En su extenso currículum, construido a lo largo de más de 46 años vinculado al judo, se destacan dos podios mundiales: el subcampeonato de Mariani en Japón (1995), en la categoría hasta 52 kilogramos y el primer lugar de Daniela Krukower en Osaka (2003), en la categoría hasta 63 kilos.“Son casos distintos –aclaró-. Carolina llegó a nuestro club (Banco Nación) a los 15 años y realizó toda su carrera a nuestro lado. Daniela, en cambio, vino siendo ya una muy buena yudoca. Nosotros le armamos un trabajo especial en lo físico y en lo técnico. Un año después, tuvimos al alegría de verla campeona del mundo”, recordó.E inmediatamente agregó una definición que vuelve a emparentarlo con su colega del fútbol: “Está más que claro que los éxitos deportivos son de quienes los obtienen. Uno sólo acompaña, colabora y trata de poner su granito de arena para que los resultados aparezcan. Por suerte, en este caso, aparecieron”.Las semejanzas prosiguen: así como el ‘Virrey’, ni bien arribó a Boca, le puso límites a la intromisión de los dirigentes en cuestiones técnicas y de vestuario, Denegri también estableció algunas condiciones para llevar a cabo su plan. “Nunca, absolutamente, los dirigentes me dieron una opinión de cómo seleccionar al equipo”, reconoció.Su programa incluyó campos de entrenamiento exclusivos para mujeres, roce internacional, atención a las judokas juveniles, incluyéndolas en el equipo nacional desde los 15 años y mucha motivación. “Es fundamental poner la zanahoria delante de los ojos y que todas estén motivadas”, sostuvo.Y respecto de la inclusión de las juveniles, explicó: “Hay que ir desarrollándolas junto a las que más saben, porque se tienen que ir acostumbrando. De lo contrario, cuando ingresan a torneos importantes, sufren un salto muy brusco. Es como pasar del club del barrio al Barcelona”, cierra con explicación bien ‘futbolera’.Claro que, de tantas coincidencias, finalmente surge la diferenciación: “¡Yo gano mucha menos plata que Carlos Bianchi!”, concluyó con humor el ‘Virrey’ del judo.
Fuente: 02 de agosto de 2008 (Por Carlos Alfano I Télam)