Argentina se enfrenta en Beijing a su contrincante más difícil de ganar
La información trascendió este fin de semana y da cuenta que los árbitros de los Juegos Olímpicos no aprobaron la utilización de algunos judoguis que habían sido llevados de Buenos Aires. A esto se suman otros reclamos que pintan en el Judo un panorama desolador.
Karina Ortiz – Redacción de Red Marcial
Al parecer, Paula Pareto fue una de las damnificadas en Beijing, y la primera en gritarlo a los cuatro vientos "Aquí exigen que los trajes sean completamente nuevos, que la tela no tenga desgaste y que todo se encuentre en perfecto estado. Algunos estaban bien, pero como fueron lavados y perdieron algo de su color, no los aprobaron"
Buscando una opinión calificada que explicara un poco más, Red Marcial habló con el profesor Ariel Zoratti, encargado de prensa del judo olímpico argentino, quien dijo
“En realidad no me extraña. El judo avanza a pasos agigantados en todo el mundo y las potencias europeas que manejan el deporte cada vez exigen más y más” La práctica del judo de competición le exige al deportista – como mínimo - dos equipos: uno azul y uno blanco, y a su vez deben tener uno de entrenamiento. “Es muy posible que alguno de ellos haya usado el de competición para entrenar y de allí el desgaste detectado por la comisión de arbitraje”, explicó Zoratti. Al mismo tiempo señaló “También están los intereses de las grandes empresas Mizuno, por ejemplo, que exige el uso de su judogi para tal evento mundial u olimpiada. Un judogi de ese nivel es caro y es un aporte particular el que uno debe hacer siempre con la compra de equipos” Y fue tajante “Lamentablemente no somos África en el sentido deportivo, donde la FIJ o el COI se encargaría de solucionarles (a los atletas) el problema” La indumentaria que necesitan reponer urgentemente los judocas ronda los quinientos pesos argentinos (o mil yenes).
Según se informó a los medios, la oficial de atletas argentinos, María Julia Garisoaín, se hizo cargo de tomar los datos necesarios para la adquisición de los nuevos equipos.
S.O.S. Judo Argentino
Desde hace tiempo los judocas vienen pidiendo socorro con distintas declaraciones hechas a la prensa que hoy, parece ser, es la única que los escucha. Hace apenas unas semanas Daniela Krukower puso en el tapete la situación con pelos y señales, lo que provocó la automática respuesta de la Confederación Argentina de Judo y de la Secretaría de Deportes. Ahora Mariano Bertolotti y Diego Rosati tomaron la posta de esas declaraciones y amplían con detalles dibujando un triste paisaje “El tatami del Cenard parece Kosovo” le dijeron a La Nación, y así lo dijeron todo. Ambos integran el seleccionado nacional que pugna por un puesto en el podio olímpico, pero no tenían entrenador y mucho menos sparring. Casi como un vaticinio, Bertolotti había adelantado “Sandro López (integrante del equipo) no tiene un kimono para competir, y los kimonos son muy importantes. Si no cumplen una serie de requisitos, la organización te da uno antes de comenzar la prueba y eso es lo peor que te puede pasar. Siempre te queda gigante y es más fácil que te den vuelta. Ya ha pasado esto antes y es muy probable que vuelva a pasar” Por su parte Rosati anunció que estaría retirándose de la competición “Es un sueño estar acá, pero sufrir cuatro años más para estar en otros Juegos y pasar por las penurias es ser masoquista” El refrán que dice “Si hay miseria que no se note” hoy golpea fuerte a las puertas de los organismos nacionales que debieran haber puesto más soluciones y menos discursos ante la problemática concreta de los deportistas argentinos. La miseria se nota, y bastante.