LA PLATA HOCHI
El diario de la colectividad japonesa
El judo argentino, “muy lejos del nivel de Brasil”
Martes, 26 de Febrero de 2013
La delegación de nuestro país que compitió en el Confraternidad de Perú estuvo conformada por cinco luchadores, quienes consiguieron una medalla de oro, otra de plata y tres de bronce.
En el comedor de los deportistas, ubicado al lado de donde fueron ubicados los tatamis para la competencia de judo del Confraternidad Deportiva de Perú, se escucharon aplausos, muchos aplausos. Es que en la premiación de cada una de las categorías, cada vez que se nombraba un “de Argentina…”, la hinchada celeste y blanca que se encontraba almorzando ovacionaba a los luchadores.
Por eso, Gabino Arakaki, uno de los judocas, no quiso dejar pasar la oportunidad de agradecer “a los chicos de otros deportes que alentaron, que te da energía, y a los dirigentes, porque algo así no es fácil de organizar”.
En la competencia que se realizó en el Aelu, en Lima, entre el 7 y el 10 de febrero, la Argentina finalizó tercera en el medallero, con una de oro, otra de plata y tres de bronce (segundo fue Perú, con una, tres y cinco, y, primero, Brasil, con cuatro de oro y dos de plata).
“Gabi”, justamente, fue uno de los cinco representantes argentinos en judo. Medalla de oro en su categoría, hasta 73 kilos, y premio al más técnico, el judoca, de 28 años, dice: “En Brasil siempre prima la parte técnica por sobre la fuerza; en Perú, en cambio, es más la fuerza por sobre lo técnico”.
Su participación en esta competencia, una de las pocas oportunidades que tiene de rozar su nivel con gente de otros países, ha sido más que satisfactoria, tanto en lo deportivo como en lo social. “Es un deporte difícil”, señala Gabino, quien, por propia iniciativa, concurre al Cenard dos veces por semana y otros tres días entrena en la UBA.
Un debutante en esta competencia fue Guillermo Tsuchioka, de 26 años. Aunque comenzó a practicar judo a los 16 y hasta los 18, luego se alejó del deporte por los estudios. A mediados del 2011 volvió a vestirse el judogui, en COA, y en Perú obtuvo la medalla de bronce en la categoría más de 90 kilos.
Antes de lucir su nuevo corte de pelo, producto del bautismo por ser su primer Confra, Guillermo destacó el nivel, especialmente el de los brasileños.
Otro de los debutantes, y también bautizados, fue Fernando Iha, también de 26 años, y bronce en hasta 81 kilos. “Vine a competir y aprender -asegura-. La competencia te motiva para seguir entrenando”. Al igual que sus compañeros, destaca a Brasil, por su técnica, y califica a los peruanos como “más aguerridos”.
¿Y los argentinos, cómo son? “Una mezcla de las dos cosas”, dice Fernando, quien comenzó a practicar judo a los 9 y hasta los 11 y retomó, a mitad del año pasado, en COA.
“Es un deporte duro”, dice Kenzo Hatanaka, el cuarto judoca de la delegación argentina, mientras se toca algunas heridas en el cuello y pecho. Plata en hasta 66 kilos, este luchador de 18 años, representante de Estudiantes de La Plata, asegura que el deporte es “atractivo visualmente”, pero, a la vez, “es formativo”. Si bien estuvo entrenando con la selección, primero a nivel de juveniles y, luego, con los mayores, debió reducir la carga de entrenamientos por los estudios.
El equipo argentino se completa con Ricardo Nakandakari, o Taixxon, como se lo conoce. Veterano luchador, discípulo de Yoriyuki Yamamoto desde los 9, hoy, con 46, lleva cuatro Confras: Argentina 81, Brasil 84, Paraguay 2011 y este de Perú, en donde fue bronce en la categoría hasta 90 kilos. Sin bien dice que han habido muchos cambios, “en el reglamento”, por ejemplo, otras cosas siguen igual. “No cambió que el brasileño busca el ippon, como el japonés”, explica, y que se está muy lejos, en cuanto a nivel, de los judocas del país vecino.